El 90% de los infartos se pueden prevenir según asegura la Fundación Española del Corazón (FCE).
Te cuidas poco, si no notas síntomas no te preocupas, pero cuando llega el día en que quieres prevenir, ese día te das cuenta de todo lo que podrías haber hecho antes.
¿Te suena esta forma de actuar?
Igual tienes unos kilos de más a los que no das importancia pero que cada año, con la edad, aumentan y se instalan en tu cuerpo como uno más.
Fumar es un placer que te permite tener una vía de escape cuando estás nervioso o degustar entre copas y amigos.
Te gusta el deporte pero actualmente solo lo ves por televisión porque no tienes tiempo de hacer ejercicio.
La mayoría somos así, no vemos el peligro hasta que lo sentimos.
La dieta sana, la actividad física regular y el abandono del consumo de tabaco son fundamentales para poder evitar un infarto de miocardio.
Prevenir es curar. Cuídate.
Verifica y controla tu riesgo cardio-vascular para vivir sano y tranquilo:
- Mide tu tensión arterial: La hipertensión suele ser asintomática, pero puede causar infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares.
- Mide tu azúcar en sangre: El exceso de azúcar en sangre (diabetes) aumenta el riesgo de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Si padeces diabetes, para reducir dicho riesgo es muy importante que controles la tensión arterial y el azúcar en la sangre.
- Mide tus lípidos en la sangre: El aumento del colesterol en la sangre incrementa el riesgo de infarto de miocardio y accedentes cerebrovasculares. El control del colesterol en la sangre requiere una dieta saludable y, si fuera necesario, medicamentos apropiados.
Déjate controlar por tu cardiólogo mediante ECG o Eco Dopler de una manera regular.
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